19 de junio de 2009
Hoy se cumplen diez años desde que el Estado Español suscribió con su firma la Declaración de Bolonia, dando el pistoletazo de salida oficial a la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior. La lucha contra Bolonia no surge en el curso actual: se remonta a las luchas contra el Informe Bricall (1999) y la LOU (2001). Estos textos ya tenían como referente el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y se dieron a conocer unos años más tarde de que salieran a la luz los acuerdos (GATT y AGCS) de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para la liberalización de los servicios públicos, como la educación y la sanidad. Después de estos diez años de manifestaciones constantes contra los preceptos, las bases y los intereses que dan vida a la reforma y reclamando el debate público sobre un tema de vital importancia como son la universidad y la educación, por ser los espacios sociales donde se gesta la reproducción social, con la trascendencia que dicho aspecto tiene, las respuestas por parte de las instituciones gubernamentales continúan siendo las mismas: primero ejercen la imposición y cuando la resistencia se hace fuerte practican la otra cara de la misma moneda: la represión del movimiento estudiantil (detenciones de estudiantes, imputaciones, expulsiones, criminalización de las asambleas de estudiantes, denuncias, presiones...con más de 100 estudiantes pendientes de juicios por defender una universidad crítica y liberada de la lógica mercantil)
A día de hoy, continua la dinámica de trabajar a espaldas de la sociedad. Todo tipo de documentos oficiales -como el nuevo estatuto del PDI, el funcionamiento real de los grados, cómo afectará realmente la implantación a las/los estudiantes que empiezan o que tendrán que adaptarse al plan nuevo, cómo se traducirá a efectos prácticos, cómo será realmente el nuevo sistema de becas -continúan saliendo a la luz, llegando a la comunidad universitaria, una vez se han tomado todas las decisiones al respecto, de forma unilateral, sin dar opción al diálogo o a la construcción conjunta. Así una vez más, se pone en evidencia el autoritarismo imperante y la falta de democracia que hay en el ámbito universitario, pero que es una constante en todas las políticas públicas que se implantan. Decimos bien alto que toda la información, así como el debate público abierto en la calles, y en la sociedad en general, han sido fruto del trabajo de las/los estudiantes y profesores con acciones como debates, charlas en institutos, en locales de barrio, manifestaciones, escritos, referéndums, programas de TV dónde las autoridades tenían miedo de ir, la ocupación de espacios simbólicos para abrirlos a la sociedad. Pero nunca desde dichas instancias gubernamentales.
Hechos como no acceder a la entrevista con la asamblea estatal de pdi-pas, por parte del Ministro, derivándola a su secretario Màrius Rubiralta, son una muestra de la falta de voluntad política de querer resolver el conflicto. Asimismo, es una muestra de falta de respeto hacia los colectivos y estamentos directamente afectados como lo es la dicha asamblea.
Este tipo de actitud no es algo nuevo. Se repite y se hace patente cada vez que miles de estudiantes piden la paralización del proceso y son calificados de minoría. En este sentido, el hecho de no reconocer las asambleas de estudiantes como movimiento de base y representación estudiantil y tampoco a la comunidad universitaria de base, es una muestra clara de abuso de poder, autoritarismo e imposición. Las asambleas, el boicot y los piquetes son nuestra legalidad; los discursos mediáticos, las porras y la falta de alternativas a la democracia capitalista es la suya. Aquellos profesores, políticos y sindicalistas que en su momento decían que estaban en contra de la LOU, ahora son los que ordenan desalojos y cargas policiales.
Denunciamos una vez más, que los distintos mecanismos utilizados como la convocatoria de referéndums, campañas de voto nulo, participación en las juntas o en los claustros han demostrado que sólo se reconoce la legalidad cuando ésta está del lado del poder y sus intereses. Pero no se reconoce cuando a través de los mismos mecanismos se pone en evidencia que la mayoría de la comunidad universitaria y la sociedad pide la paralización del proceso. Dinámicas de este estilo son propias de gobiernos autoritarios, no democráticos y regímenes dictatoriales.
La participación en los referéndums por ejemplo en la UB fue del 18% mientras que las elecciones a rector de la misma universidad fue del 5.42%. Más de 15.000 estudiantes en las universidades de Barcelona pidieron la paralización del proceso del Plan Bolonia. ¿Quién es la minoría?
Después de las movilizaciones y manifestaciones del 13N, 20N, 12M, 18M, 26M, 28ª y 9 My, no se ha considerado la voz de la gente que se ha hecho escuchar durante todos estos años. El debate social lo hemos potenciado nosotras y ganado nosotras, pero debido al despotismo imperante de estas autoridades autodenominadas democráticas, no se da más alternativa que seguir adelante en la lucha.
Si protestar pacíficamente y querer crear un debate social abierto es un delito, somos culpables, y sí, somos unos antisistema cuando nos reafirmamos en que no descansaremos, en que reincidiremos hasta que no se aclare quién estará más cerca de Europa y bajo qué condiciones, hasta que no se pare la LOU y este cambio acelerado y desestructurado que nos envuelve, hasta que no haya un verdadero proceso participativo, hasta que la desinformación deje de constituir un elemento beneficioso y necesario, hasta que expulsiones, expedientes e imputaciones desaparezcan del conflicto universitario. Hoy, aquí en el Ministerio de Educación, avisamos a las autoridades políticas y académicas que el próximo curso vamos a luchar para defender un conocimiento libre, critico, que no se someta a la lógica empresarial, denunciaremos la precariedad, tanto dentro como fuera de la universidad, que implica toda esta restructuración.
Porque no somos tontas y sabemos los intereses que hay detrás de la mal llamada convergencia europea, reincidiremos. La represión no nos cortará las alas. En Barcelona se está iniciando una campaña antirepresiva, los 58 i +, que pretende denunciar los métodos utilizados por parte del gobierno: si no entra por la imposición, entrará por la represión. Bolonia se impone a golpes de porra! Nosotras tenemos los argumentos y la solidaridad de la sociedad. Vosotros tenéis la maquinaria panfletaria de los medios de comunicación creadores de opinión y los mercenarios que os hacen la tarea difamatoria. A ver quien ganará la partida...
Contra la europa del Capital y la mercantilización de nuestras vidas! No a Bolonia! No a la LOU! No a los reales decretos!
Contra la represión, acción directa! Contra Bolonia ni un paso atrás!
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